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Nov 17

Elías Manzo: “con disciplina podemos alcanzar nuestros sueños”

elías manzo

 “Yo quería salir al público, como mi papá. Siempre lo veía, iba a los conciertos, siempre hubo un piano en mi casa…  No sé: tenía curiosidad de estar frente a un público”.

Esa curiosidad se convirtió en disciplina, en horas de práctica y ensayos. El trabajo constante,   sumado a su gran talento y a su indiscutible carisma, ha llevado a Elías Manzo Hernández a presentarse en los escenarios más importantes del país y a obtener notables reconocimientos; el más reciente de ellos es el Premio Nacional de la Juventud (PNJ), en la categoría de Expresiones Artísticas y Artes Populares.

“Siempre me gustó la música -como a todo mundo- y había querido empezar a tocar como a los 7 u 8 años, pero no era constante.  Cuando tenía 9 años mi papá regresó de Los Ángeles con un método que tenía dibujos, me dijo que lo revisara, me gustó. Y así fue como empecé”.

Sus primeras lecciones las recibió en casa con su papá, el pianista y maestro de la Unidad Académica de Artes de la UAZ , Antonio Manzo. Su mamá, Verónica Hernández, también es docente universitaria, pero su trabajo se enfoca a la gestión y la administración artísticas. Elías, que ahora tiene 13 años, progresó rápidamente en sus lecciones de piano y  empezó a ofrecer conciertos y a participar en concursos:  “la disciplina ha sido para mí de lo más difícil, al principio me costaba mucho, pero me fui acostumbrando”.

Actualmente, Elías es alumno de Unidad de Artes en donde tiene que estudiar materias como solfeo y conjuntos corales. Dedica entre cuatro y seis horas diarias a practicar en su instrumento y otras tantas al estudio de las piezas de su repertorio.  “Me gusta ver videos de grandes pianistas porque siempre se aprende mucho de ellos.  También le dedico tiempo a escuchar mi repertorio, oigo mucho mis piezas para memorizarlas. Cuando vamos a practicar una nueva pieza, mi papá se pone a estudiar conmigo y la analizamos: en qué tonalidad está, de qué época es, la historia del compositor, el estilo que hay que darle; si hay un gesto repetido hay que hacer ejercicios sobre él. Mi papá me orienta, me dice: ‘este pasaje es difícil, hay que practicarlo primero para que no te cause problemas’”.

El acompañamiento de su familia ha sido fundamental para su incursión en el mundo de la música, un mundo que no solo tiene que ver con ensayos, práctica y presentarse ante el público, también incluye gestiones, trámites, audiciones, viajes, desvelos, trabajo en conjunto, conocimiento del público.   “Al público de Zacatecas ya lo conozco: es un público buena onda que me recibe bien. Pero en otros lugares hay un público que (Elías aplaude dos veces, con desgano)… y se acabó. En otros lugares se paran a aplaudirte, te piden que sigas tocando”.

Sobre los viajes nos dice: “el hecho de hacer un viaje y llegar a tocar es muy  cansado: no me gusta nada”. Le pasó cuando trabajó en el proyecto ¿Conoces A Wolfie? con Mario Iván Martínez: en esa ocasión interpretó el papel de W.A, Mozart y tocó junto con la Orquesta Filarmónica de la UNAM  (OFUNAM) en la Sala Nezahualcóyotl.  “Había viajado durante ocho horas, toda la noche y tenía mucho sueño, pero desayuné y me tuve que ir a ensayar”.

Elías nos relata parte de su itinerario reciente:  ha tenido que viajar de Ciudad de México, (donde recibió el PNJ el 7 de noviembre),  a Guadalajara y de nuevo a la Ciudad de México; pronto se irá a Nueva York  a recibir clases del maestro finlandés Matti Raekallio en The Juilliard School. Mientras habla la emoción le ilumina el rostro: “es un gran maestro, porque hay maestros que son buenos músicos pero no saben dar clases, no saben cómo transmitirlo a un alumno. Quiero hacer el examen de admisión a Juilliard, si lo apruebo me iría a estudiar allá”.

 En Youtube se pueden ver muchos videos de sus presentaciones y su ejecución de varias piezas musicales. En una de ellas, la Marcha “Alla turca” de Mozart, improvisa claramente sobre la pieza, le preguntamos entonces si está interesado en el jazz o en la experimentación musical. Elías medita un poco, pensando en la mejor manera de ilustrar su respuesta, entonces señala el mueble en donde está sentado:  “esta banca tiene cuatro patas, si se las quitamos se cae. Lo mismo ocurre en el ámbito musical, un músico debe tener una base muy sólida para poder desarrollarse: la técnica, la lectura, todo es un conjunto. Yo estoy enfocado en la base: Bach,  Czerny… Si dejo pasar el tiempo y no me formo en lo básico, ya no va a ser lo mismo que si lo hago a temprana edad”.

 Tampoco se muestra interesado, por el momento, en la composición. Está satisfecho con lo que está logrando como ejecutante.

Con el premio en efectivo que recibió de parte del Instituto Mexicano de la Juventud, Elías quiere desarrollar un proyecto de difusión de la música en comunidades y poblaciones marginadas: “lugres donde ni siquiera hayan visto alguna vez un piano”.

Elías finaliza la conversación llamando a los niños a seguir sus sueños. También invita a los padres de familia a apoyar a sus hijos en los proyectos que emprendan. “Pero hay que tener constancia y disciplina, solo así se alcanzan los sueños”.

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Texto: Jael Alvarado
Fotos: Carlos Acuña Borda